Una pareja ha quedado en el parque para hablar.
Ella lleva diez minutos esperando. Después de darle un último vistazo al Whatsapp, ella se levanta del banco y decide marcharse. En eso que llega él y la intenta detener.
MARI: ¿Qué mal te he hecho yo? ¿Por qué a mi? En serio, ¿Cuál era tu objetivo, otra tonta más en tu lista? Te debiste reir mucho, ¿a que sí? Es más puede que hasta lo compartieras con los demás a modo de chiste. Tu eslógan es "con solo chisquear los dedos las tengo donde quiero", a que sí, cerdo? ¡Enhorabuena! ¿Te han dado ya las cinco estrellas? ¿Un Goya, tal vez? No, espera, mejor te felicitamos por tu doctorado en golferia; vas sobrado, chico. ¿A cuántas incautas más le habrás visto la cara, capullo? Eh, eh, eh?
JUAN: A todas menos a ti, porque ya me has descubierto (responde cínico como él solo).
Un trio de vecinas, sentadas en uno de los bancos del parque, observan la disputa y comentan entre pipas y marujeos lo que está pasando.
VECINAS: Olé por esa Mari, ha estao sembrá.
MARI: Jamás tuve enfrente a tio más golfo, cínico y manipulador. Y mira que he visto, eh!
JUAN: Si tu me lo pides ya no golfearé más.
VECINAS: Ay, el Juanillo.. Está hecho un sinvergüenza. Nah, que no asienta cabeza el chiquillo. A la Mari la tiene negra, pobre muchacha.
MARI: No prometas cosas que no puedas cumplir.
JUAN: Pero mujer...
MARI: Ni tu vas a cambiar, ni yo te lo voy a pedir.
VECINAS: Ay, el hijo de la gran puta, que labia tiene, pero ésta la Mari no se la perdona.
JUAN: Voy a cambiar, te lo prometo.
MARI: No digas que vas a cambiar, que los golfos no cambian, Juan.
¡¡¡Zasca en toda la boca!!!
VECINAS: Ole, ole y ole. Bravo por la Mari. ¡A tomar por saco Juanullo el más capullo! Arriba esa muer empoderá!
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